Consejo de sabios

Tim Gautreaux, el gran novelista de Luisiana (un descubrimiento)
Día Internacional del Libro.

Los motivos para leer pueden ser muy variados, pero aquí me referiré al placer de la lectura. Cualquier lector consumado experimenta la emoción que precede al inicio de un nuevo libro: ¿qué me deparará?, ¿responderá a las expectativas que me han movido a la elección de este texto?, ¿me habrán dado gato por liebre? Por esto, es tan provechoso el consejo de un buen profesor, de un librero competente, de los amigos lectores, de un crítico que nos merece confianza…

Resulta muy importante el comienzo de un relato, de una novela, de un poema, de una obra dramática, como un imán que tire del lector, casi una premonición de que la elección ha sido acertada. Podría ofrecer muchos ejemplos, pero me limitaré a unos pocos: Fabio, las esperanzas cortesanas // prisiones son do el ambicioso muere de la Epístola Moral a Fabio, texto emblemático de la literatura barroca; o ¡Eran tres, siempre los tres!: Rosa, Pinín y la "Cordera" del inolvidable relato de Clarín ¡Adiós, "Cordera"!; o Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así de El camino de Miguel Delibes. 

Lo importante es la verosimilitud, la coherencia, la armonía entre el fondo y la forma, la calidad del texto (la literatura tiene una parte importante de artesanía). Y esto se puede encontrar en una novela de aventuras, en una novela policíaca, en una novela costumbrista, en un relato histórico, en un poema, en una obra teatral... Wilkie Collins (1824-1889), escritor inglés emparentado con Dickens, en La dama de blanco o en La piedra lunar, novelas muy extensas (hay ediciones recientes), consigue captar al lector desde el comienzo hasta el final. La isla del tesoro de Robert L. Stevenson (1850-1894) es una novela apasionante para todas las edades. Si uno prefiere la calidad estética más que la acción y la tensión, que lea Las cosas del campo de José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009), libro publicado en 1951, pero reeditado por Pre-Textos, o El contenido del corazón de Luis Rosales (1910-1992), dos de los textos más bellos de la prosa española del siglo XX. De tema histórico, El bosque de la larga espera de la holandesa Hella S. Haase (1918-2011), sobre Carlos de Orleans (s. XIV) o Un puente sobre el Drina de Ivo Andric (1892-1975), acerca de los Balcanes, por ofrecer alguna sugerencia. En teatro, comencemos con Antígona de Sófocles -más actual que nunca- y, en poesía, por las Coplas manriqueñas.

Se trata tan solo de unos pocos ejemplos de obras clásicas, de textos que no defraudan y con los que se aprende con deleite, como pedían los sabios antiguos. La lista de grandes libros es inabarcable, por esto conviene tanto elegir con acierto.

 

Video del día

La aprobación de la ley de amnistía abre paso
a un complejo laberinto judicial
Comentarios