Rebelión en Sumar contra Yolanda Díaz: “Lo está convirtiendo en otro Podemos”

No ha cedido ningún puesto de la dirección al resto de partidos. Más Madrid exige todo poder en la Comunidad para no marcharse de la coalición e Izquierda Unida amenaza con abandonarla tras las Europeas

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ofrece declaraciones a los medios durante la manifestación por el Día del Trabajo.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ofrece declaraciones a los medios durante la manifestación por el Día del Trabajo.
La ministra de Sanidad, Mónica García.
Rebelión en Sumar contra Yolanda Díaz: “Lo está convirtiendo en otro Podemos”.

Sumar afronta el momento más complicado desde que Yolanda Díaz anunciase su candidatura, en abril de 2023. Casi puede hablarse de la existencia de una rebelión interna.

El acto en Magariños fue el pistoletazo de salida para comenzar a crear un proyecto que aglutinara bajo las mismas siglas a todos los partidos a la izquierda del PSOE. Trece meses después, casi todas las formaciones implicadas han mostrado su descontento con Sumar y, más aún, con la forma de liderar de la vicepresidenta y ministra de Trabajo.

Ahora amenazan con abandonar el barco si no hay propuestas y acuerdos concretos que eludan centralizar este espacio político en la figura de Díaz y su equipo.

Más Madrid exige tener el poder

Más Madrid, el partido regionalista liderado por la Ministra de Sanidad, Mónica García, se ha consolidado desde 2015, cuando obtuvo la alcaldía de la capital Madrid. Desde entonces, ha superado en la Comunidad al Partido Socialista en los dos últimos comicios. Dirigen la oposición a la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, con la sanidad pública como bandera principal, y han dejado al PSOE como tercera fuerza en el parlamento autonómico.

Es tal el asentamiento de Más Madrid que, a pesar de haberse unido rápidamente a Sumar en las generales del pasado 23 de julio y de la buena sintonía entre García y Díaz, el rumbo de que lleva Sumar ha despertado las alarmas en el seno de Más Madrid y están dispuestos a tomar medidas.

En la formación autonómica consideran que Díaz está impulsado un liderazgo demasiado personalista y se está rodeando de un equipo de confianza que acapara todo el poder de decisión.

Críticas en Izquierda Unida

Se trata de una crítica compartida por otras formaciones, como Compromís e Izquierda Unida. La implantación física de IU —sedes, militantes, apoderados...— ha sido clave para el desarrollo de Sumar, que concurrió a las generales sin estructura orgánica ni física.

Más Madrid ha decidido poner condiciones a su continuidad en Sumar, pero no ha sido la única. El resto de formaciones están también eligiendo negociar a cada paso con Sumar, para asegurarse una representación y un protagonismo que dudan obtener si, para mantenerse dentro de la coalición, firman con Díaz un acuerdo a largo plazo.

Los partidos negociarán si ir en las mismas listas que Sumar cuando llegue cada proceso electoral, aunque la intención de Díaz es amarrarlos con un acuerdo que se prolongue durante toda la legislatura y así dé cierta estabilidad a Sumar; sin embargo, los socios desconfían, y quieren asegurarse su protagonismo.

 

Frenazo en Madrid

Más Madrid trabaja ya para que Sumar reduzca su implantación territorial en la Comunidad. La formación de Mónica García quiere asumir el protagonismo de este "frente amplio" —como denominan al espacio político dentro de Sumar— en la región e impedir que sea Sumar quien lidere a la izquierda.

Incluso podrían plantearse su continuidad dentro de Sumar a nivel nacional, si la formación de Yolanda Díaz invade el espacio electoral de Mónica García. Aunque el equipo de la titular de Trabajo no ha oficializado ninguna decisión, otros partidos, también asentados en Madrid, ya se han rebelado contra estas negociaciones.

IU amenaza si cede ante Más Madrid

Izquierda Unida ha sido el primero en alzar la voz. El partido, aún liderado por Alberto Garzón —aunque se encuentra fuera de la vida política y la formación se encamina a unas primarias— rechaza de plano el protagonismo que Más Madrid pretende tener con el beneplácito de Sumar.

La federación madrileña de IU ya ha advertido a Díaz de que propondrá abandonar Sumar si Díaz cede, al tratarse de una estrategia que opacaría el protagonismo de IU en Madrid, así como del resto de formaciones progresistas que buscasen concurrir unidas.

Izquierda Unida ya ha sufrido convulsiones internas para concurrir junto a la vicepresidenta en las listas a las elecciones europeas. Precisamente, la delegación madrileña de IU se opuso y pidió un referéndum. Además, amenazó con no participar en la campaña ni coordinarla. Finalmente, la dirección federal de IU decidió aceptar la proposición de Sumar y obtener el puesto número cuatro en la lista a los comicios comunitarios.

"Se está convirtiendo en Podemos"

El origen las críticas a Sumar tiene que ver con el centralismo en la toma de sus decisiones. Las primarias no se celebraron hasta el pasado marzo, casi un año después del acto de Magariños, y hasta entonces, Díaz ha dirigido el partido en vertical, potenciando figuras propias y ajenas a las 14 fuerzas políticas que componen Sumar.

La promesa de Díaz fue crear un "frente amplio" al estilo chileno. Es decir, un nuevo modelo de agrupación política, alejado de los partidos y las coaliciones. La particularidad reside en que cada formación integrada tenga el mismo protagonismo, el mismo peso y se trabaje de igual a igual. Esta característica choca con un posible acuerdo para ceder protagonismo a Más Madrid en la Comunidad o con la negociación de las listas, según afirman a ECD fuentes internas.

"Se está viendo que no es así. El comportamiento interno es de un partido o una coalición, pero no un frente amplio", afirman fuentes de Izquierda Unida. "Es el ordeno y mando de Unidas Podemos", concluyen.

Sumar celebró primarias en marzo y la candidatura de Díaz resultó elegida como órgano coordinador. Ese grupo, con la vicepresidenta a la cabeza, se encargaría de nombrar la dirección ejecutiva de Sumar. Pero Díaz ha dejado fuera a personas del resto de partidos: la cúpula está formada solo por miembros íntegros de Sumar.

La ruptura con Belarra

El primer cisma con Podemos ya se ocasionó el pasado 5 de diciembre. La dirección del partido acordó abandonar el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso y pasarse al Grupo Mixto. La decisión dejó con cinco diputados menos a la coalición de Gobierno. Esta primera ruptura fue el punto definitivo a unas relaciones ya torcidas desde antes de los comicios, concretado por ejemplo con el veto de Yolanda Díaz a Irene Montero.

Desde la constitución de las Cortes, la cúpula de Podemos observó comportamientos centralistas, que pretendían dejarles sin portavocía propia en la Cámara Baja. Y así sucedió semanas después. Sumar concedió voz a Compromís o a la Chunta Aragonesista, pero no a Podemos ni a Izquierda Unida.

Falta de implantación territorial

El malestar interno en Sumar se ha acrecentado por los sucesivos batacazos electorales. La formación consiguió 31 escaños en las elecciones generales de julio, cuatro menos de los que consiguió Unidas Podemos en los anteriores comicios nacionales. Sin embargo, la resistencia del PSOE, que no habían detectado los sondeos, permitió reeditar el Gobierno de coalición.

Las generales estaban previstas para el otoño de 2023, pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decidió adelantarlas tras los malos resultados de la izquierda en los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo.

Esa decisión cogió a contrapié a Sumar, que aún no había iniciado a construir su organigrama interno ni a implantarse territorialmente, a pesar de que, desde las autonomías, las formaciones asociadas a Sumar habían reclamado que el proceso debía haberse comenzado antes para evitar, precisamente, esa situación.

En Cataluña, los Comunes

Después llegaron las negociaciones para la investidura, y Sumar no avanzó en dicho proceso interno, lo que provocó que llegara a las elecciones gallegas y las vascas con los cimientos del frente amplio por construir.

En las primeras no obtuvo representación y en las segundas consiguió un solo escaño. En ninguno hubo un proceso de primarias. En las elecciones catalanas, que se celebrarán el próximo domingo, fían todo a los Comunes, dada la nula implantación territorial de Sumar en Cataluña. Al igual que sucede con Más Madrid, la organización de Yolanda Díaz ha delegado en la candidata, Jessica Albiach, todo el protagonismo de la campaña.

Proyecto Drago y Mès, los primeros en irse

Proyecto Drago, liderado por el exdiputado canario de Podemos Alberto Rodríguez, fue uno de los primeros en firmar un acuerdo con Sumar para el 23-J y también uno de los primeros en abandonar la formación. Ya denunció que no había participado en el acuerdo de Gobierno, pero definitivamente, rompió con Díaz por no encontrar representado "el interés de Canarias". Ahora, valorará a qué partido apoyar en los comicios venideros.

Mès per Mallorca también se borró de un acuerdo con Sumar para las europeas y concurrirá junto al BNG, Esquerra Republicana y EH Bildu.

Para evitar más espantadas, Sumar ha cedido el segundo puesto a los Comunes y el tercero a Compromís, las dos formaciones con mayor peso territorial dentro de la coalición. Y el número cinco, para Más Madrid.

Una serie de cesiones que vienen influenciadas por el enfado de haber delegado el número uno, de nuevo, por una apuesta personal de Díaz. La cabeza de lista será Estrella Galán, directora general de CEAR.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz y el portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, durante una sesión plenaria en el Congreso.
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