Llega la Navidad: ¿Árbol o Belén?

Árbol de Navidad y un Belén.
Árbol de Navidad y un Belén.

Con la llegada de la Navidad las calles, las casas y los establecimientos se llenan de adornos y luces, lo que genera una gran envoltura navideña en esta época del año. Buena parte de los ciudadanos hace coincidir el árbol de Navidad con el Belén para decorar sus hogares. Pero ¿son los españoles conocedores de los orígenes de los dos principales símbolos de estas fiestas?

Los españoles ponen la decoración navideña durante el puente de la Constitución o justo el fin de semana previo a Nochebuena y Navidad. Según el Informe de Navidad 2016, elaborado por Vente-Privee, a la mayoría de los españoles les encanta esta fecha del año, la Navidad. Solo el 14% afirma que no le gusta nada. De hecho nueve de cada diez españoles se consideran personas de tradiciones navideñas.

En relación a lo anteriormente citado, la mayoría de los españoles (el 85%) reconoce que decora su hogar con motivo de las fiestas. Uno de los grandes dilemas es: ¿Árbol o Belén? Pues bien. Una encuesta realizada por un equipo de profesionales, encargados de conocer el comportamiento de los consumidores en determinadas fechas del año, determina que el Árbol de Navidad es el elemento decorativo que se alza como favorito para la mitad de los españoles (50%), por delante de las luces de navidad (20%) y del Belén (13%).

Del mismo modo, cabe destacar que las mujeres prefieren los accesorios navideños en el hogar (16%), por delante del Belén (14%). Un caso destacable es que los más mayores no tienen predilección en cuanto a árbol o belén en la decoración de sus casas, siendo ambos los más elegidos con el 35% de los votos.

No es un secreto para el sector decoración el auge del canal online para sus ventas. Muestra de ello es que el 54% de los españoles buscan ofertas por internet eligiendo, en un 39% de los casos, webs de ventas privadas, en un 38% de los casos páginas generalistas con sección de mobiliario y en un 32% de los casos webs de subastas y particulares.

A pesar de que el belén es el principal signo decorativo de la Navidad en España, la gran mayoría de los españoles reconoce que el árbol es el primer elemento que se coloca en casa con la llegada de las fiestas. Pero… ¿los españoles conocen los orígenes de estos dos elementos decorativos para colocarlos en sus casas?

Origen y sentido religioso del Árbol de Navidad

Muchas de las leyendas y antiguas tradiciones que hacen referencia al árbol de Navidad se remontan a tiempos muy antiguos, pero la documentación histórica acerca del árbol tal y como lo conocemos y decoramos hoy en día, sólo apareció en los últimos siglos.

No hay duda, sin embargo, que estas leyendas y tradiciones muestran la convergencia de muchas costumbres, algunas de ellas nacidas fuera de la cultura cristiana y otras de origen estrictamente cristiano. Vamos a considerar aquí algunas que podrían ser precursoras del árbol de Navidad.

La opinión más generalizada entre los expertos es que el árbol de Navidad, tal como lo conocemos hoy, decorado e iluminado con luces, deriva de este árbol del Paraíso. Como su lugar de nacimiento se sugiere la orilla izquierda del Rhin, y concretamente la Alsacia.

Uno de los primeros testimonios de esto son los registros de la ciudad de Schlettstadt (1521), en los que fue establecida una especial protección para los bosques en los días previos a la Navidad; los guardabosques eran los responsables de castigar a cualquiera que cortara un árbol para decorar su casa .

Otro documento nos informa de que, en Estrasburgo, la capital de Alsacia, los abetos se vendían en el mercado, para llevar a casa y decorarlos. De Alsacia, la tradición de los árboles de Navidad se propaga a toda Alemania y al conjunto de Europa, y pronto, al resto del mundo cristiano.

Mientras que el sentido religioso nos relata que: El árbol de Navidad recuerda, como hemos visto, al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda a Jesucristo que ha venido a ser el Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa el árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de hoja perenne.

En palabras de Juan Pablo II: “En invierno, el abeto siempre verde se convierte en signo de la vida que no muere […] El mensaje del árbol de Navidad es, por tanto, que la vida es ‘siempre verde’ si se hace don, no tanto de cosas materiales, sino de sí mismo: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca” (Juan Pablo II, Audiencia, 19 de diciembre de 2004).

La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), simboliza a la Santísima Trinidad. A las oraciones que se realizan durante el Adviento se les atribuye por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:

-- El azul, para las oraciones de reconciliación.

-- El plateado, para las de agradecimiento. 

-- El dorado, para las de alabanza. 

-- El rojo, para las de petición.

-- Estos colores, junto con el verde del árbol mismo, tal vez sean los más tradicionales para los adornos navideños.

El árbol de Navidad y los regalos propios de estas fechas, son un modo de recordar que del árbol de la Cruz proceden todos los bienes… Por eso tiene un sentido cristiano la tradición de poner bajo el árbol los regalos de Navidad para los niños:

“Generalmente, en el árbol decorado y a sus pies se colocan los regalos de Navidad. El símbolo se hace elocuente también desde el punto de vista típicamente cristiano: recuerda al ‘árbol de la vida’ (Cf. Génesis 2, 9), representación de Cristo, supremo don de Dios a la humanidad” (Juan Pablo II, Ídem).

Origen y sentido religioso del Belén

El Belén de Navidad, también conocido como Pesebre, es una de las tradiciones navideñas con más arraigo en España. La representación del nacimiento de Cristo forma parte de una tradición cristiana que se remonta a más de ocho siglos. Lo que mucha gente desconoce es el motivo que impulsa a la población a decorar la casa en Navidad con el Belén.

El Pesebre tiene su origen en la Edad Media. La primera celebración navideña en la que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo tuvo lugar en la Nochebuena de 1223, cuando San Francisco de Asís decidió reproducir la tradición cristiana en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). Éste en colaboración de Juan de Grecio, comenzó los preparativos y nueve días antes del 25 de diciembre convocó a todo el pueblo para celebrar una misa en presencia de la representación del nacimiento.

En poco tiempo, esta tradición se comenzó a popularizar. A partir del siglo XV se empezó a generalizar la costumbre del belén y en 1465, se fundó en París la primera empresa fabricante de figuras del belén. Más tarde llegó a Madrid, y en 1471 se creó el primer taller belenista en Alcorcón.

La República de Siena, Lisboa y Barcelona fueron los siguientes en retomar esta iniciativa que poco a poco fue ganando cada vez más público. En la actualidad existen numerosos talleres artesanales en Cataluña, Murcia, Andalucía y algunos otros en el resto de España que continúan haciendo figuras muy conocidas y apreciadas en todo el mundo.

El belén representa a Jesús, María y José en un pesebre, o según otras tradiciones, en un establo, granero o cueva, donde, según el evangelio de Lucas 2,7, nació el niño. La tradición acompaña el pesebre de una mula y un buey, según el relato de los Evangelios apócrifos y del texto del libro del profeta Isaías y del Habacuc.

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