Bruselas reprende a España por tener el gas más caro de Europa después de Suecia
Ha sido la reacción de la Comisión Europea a la decisión del Gobierno de dejar fuera este suministro de la reforma del bono social para las familias más vulnerables
La Comisión Europea ha exigido en reiteradas ocasiones a España, en base a las recomendaciones que ha lanzado al Gobierno sobre su política energética, la aprobación de rebajas en el gas para las familias más vulnerables, similares a las de la luz. Bruselas no ha pasado por alto ahora que ha vuelto a excluirlas en la reforma del bono social.
En los despachos comunitarios se ha venido detectando el bajo nivel de satisfacción de los usuarios españoles con este asunto. Sin embargo, a día de hoy, esas ayudas siguen sin ser una realidad .
La Comisión Europea tiene en cuenta que la razón de que no exista un bono social para el gas en España es simplemente regulatoria. No está contemplado como un servicio básico, ya que cuenta con otras alternativas como el butano, la biomasa o la propia energía eléctrica para calentar una casa, disponer de agua caliente o cocinar, a diferencia de la electricidad y el agua, que sí se consideran imprescindibles para la supervivencia.
El gas más caro de Europa después de Suecia
Bruselas no ha pasado desapercibido que España se sitúa en lo alto de los precios del gas. De hecho, según Eurostat, los hogares españoles abonaron 8,57 céntimos por kWh en 2016, solo superados por los 11,42 céntimos que se pagaron en Suecia. Por detrás se situaron Italia (8,38 céntimos), Portugal (8,26 céntimos) y Holanda (8,08 céntimos).
La diferencia en el precio del gas entre las dos mitades de 2016 es significativa en el caso español. De hecho, esos 8,57 céntimos de los últimos seis meses del año son un 26% más altos que el precio que se pagó cuando empezó 2016, de 6,52 céntimos. Sin embargo, el precio del gas a finales de 2015 era todavía más alto, de 9,5 céntimos.
Sin bono social del gas para familias vulnerables
Por el momento, España solo contempla incluir la luz en la reforma del bono social que ahora afecta a 2,4 millones de consumidores y está previsto que sea finalmente aprobada en las próximas semanas.
Aplica un descuento del 25% en la tarifa regulada de la luz y se pueden acoger todos los hogares con menos de 3 kilovatios de potencia instalada, pensionistas con prestaciones mínimas, familias numerosas, o con todos sus miembros en paro.
Por ello, la Comisión Europea reprocha a España que otros países, con precios del gas más baratos, sí destinan ayudas a clientes vulnerables. Además de las Tarifas Eléctricas para Necesidades Básicas (TPN), Francia puso en marcha en 2008 las Tarifas Sociales Solidarias de Gas (TSS), orientadas a hogares de ingresos reducidos que se benefician de unas rebajas en sus facturas de gas y electricidad de entre el 40 y el 60%.
También la principal política del Estado italiano para luchar contra la pobreza energética consiste en un bono social, válido tanto para la luz como para el gas natural, que pagan todos los consumidores mediante el incremento en la parte fija de la factura eléctrica o de gas y al que pueden acceder los hogares con ingresos inferiores a 7.500 euros, a menos que la familia tenga tres personas dependientes a su cargo, en cuyo caso el umbral se incrementa hasta los 20.000 euros.
