Llaman a José Julio Rodríguez ‘el general que bombardeó Libia’

Pablo Iglesias tiene un plan para reconquistar a los antimilitaristas que ha perdido Podemos

Se han producido numerosas bajas por la renuncia al ‘OTAN No’, el fichaje del ex JEMAD y el apoyo de Kichi a las corbetas para Arabia Saudí

Íñigo Errejón, Pablo Bustinduy y Pablo Iglesias.
Íñigo Errejón, Pablo Bustinduy y Pablo Iglesias.

Si hay un colectivo que se siente ‘traicionado’ por Podemos, ese es el de los antimilitaristas. Un sector con el que contaba Podemos al principio, pero que ha ido poco a poco dejando de apoyar el proyecto tras la renuncia a promover una salida de la OTAN, el fichaje de José Julio Rodríguez, o la ambigüedad en el apoyo a la venta de buques militares a Arabia Saudí. Ahora Pablo Iglesias trata de recuperar los apoyos perdidos mediante un plan de acción diseñado ‘ex profeso’ para ello.

Para garantizar la paz, es fundamental que haya hombres y mujeres profesionales armados, con un compromiso cívico y democrático. Supongo que eso también tiene que ver con la madurez. No es lo mismo tener 16 o 17 años que tener 36”. Así resumió Pablo Iglesias en 2014 su giro ideológico para abandonar el antimilitarismo.

Desde entonces, Podemos ha ido alejándose del movimiento pacifista, y acercándose paulatinamente al colectivo de militares de las Fuerzas Armadas. “El ejército es necesario hoy, y no queremos entrar en el debate antimilitarista: hoy el ejército existe, y hoy tiene personas que sufren injusticias” aseguraba en un comunicado en 2014 el Círculo de las Fuerzas Armadas de Podemos.

El detonante: José Julio Rodríguez

Los problemas con el colectivo antimilitarista se agravaron en noviembre de 2015, cuando Podemos confirmó la noticia de que el ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa se unía al partido, y apuntase que posiblemente sería su ministro de Defensa.

El currículo de José Julio Rodríguez como alto mando de las Fuerzas Armadas españolas provoca rechazo en los ambientes pacifistas próximos a Podemos. Recuerdan que durante años fue responsable de la compra de armamento –como Director de Armamento y Material en Defensa-, y que dirigió al ejército español en la operación de Libia para derrocar a Gadafi. Algo que le ha valido el sobrenombre, que aún utilizan cuando hablan sobre él, de ‘el general que bombardeó Libia’.

Las diferencias se agravaron cuando Podemos presentó el programa electoral con el que concurría a las elecciones de diciembre de 2015: en él no había rastro del referéndum sobre la continuidad de España en la OTAN que habían defendido meses atrás, y que como contó ECD habían encendido las alarmas en la Alianza Atlántica. Tan sólo se ponían en tela de juicio los convenios bilaterales de defensa con Estados Unidos. Paralelamente, Podemos anunció que no participaría en las tradicionales marchas populares contra la base de Rota.

Donde dije digo, digo Julio”

La ruptura entre pacifistas y Podemos se escenificó del todo el 15 de diciembre de 2015, cuando el Círculo Pacifista-Alternativas de Defensa anunció que se disolvía y abandonaba la estructura organizativa del partido. Le acusaban de una “defensa a ultranza” del militarismo. Más tarde aparecerían ‘memes’ por internet con la frase “Donde dije digo, digo Julio”, acompañados del logo de Podemos.

En el comunicado de disolución se hacía mención expresa a José Julio Rodríguez y al “desprecio” que suponía su fichaje: “Ese desprecio hacia este Círculo en concreto se incrementa cuando los líderes de Podemos han tomado decisiones que comprometen ya lo que pudiera ser la aportación fundamental de este Círculo al proyecto de Podemos. Nos referimos al fichaje de un ex-general ex-JEMAD, en el puesto número dos de la lista al Congreso por Zaragoza, como reflejo de la potente militarización final de su programa electoral, que ha apartado cualquier propuesta de defensa alternativa que pudiera plantearse desde el Círculo”.

Las corbetas de Kichi

Por si no fuera suficiente, a Podemos se le ha sumado un problema imprevisto. Desde la formación se había criticado abiertamente el negocio de venta de armas a países que no respetan los derechos humanos. Entre ellos, Arabia Saudí, al que acusaban de mantener lazos estrechos con la monarquía española.

Sin embargo, con la llegada José María González ‘Kichi’ al ayuntamiento de Cádiz, la política de Podemos dio un vuelco. Desaparecieron las menciones a la venta de corbetas a nivel nacional: se ocultaron del discurso. A nivel local, los sindicatos de Navantia obligaron a ‘Kichi’ a posicionarse en favor de las negociaciones para lograr un contrato que supone una carga de trabajo fundamental para los astilleros de la provincia.

 

A partir de entonces, los colectivos pacifistas han pasado, de hacer campaña a favor de Podemos, a hacerla en contra, y a tratar de desmovilizar el voto antimilitarista. Algo que también se escenificó en las elecciones de junio de 2016, cuando Izquierda Unida llamó a boicotear su propia lista en Almería, encabezada por el ex JEMAD.

Iglesias planea recuperar el crédito de los pacifistas

En Podemos se conoce bien esta discrepancia con el colectivo pacifista. Y no se minusvalora al colectivo, bastante numerosos y sobre todo “ruidoso” –así lo califican fuentes del propio partido-.

Tras las últimas elecciones, hubo dirigentes que solicitaron a Pablo Iglesias que forzase la salida del ex JEMAD de las filas de Podemos. Quienes así lo pedían alegaban que había restado apoyos entre el colectivo de votantes que siempre se mantuvieron contrarios a la presencia de España en la OTAN.

Iglesias nunca aceptó esas presiones. Es más, se ha reafirmado en su apuesta por Rodríguez, e incluso, tal como ha revelado ECD, le ha convertido en uno de sus consejeros más importantes, a quien consulta algunas de las decisiones más trascendentes.

A pesar de eso, Iglesias se ha propuesto recuperar a los pacifistas. Quiere hacerlo estos próximos años, durante toda la legislatura. Considera, según ha trasladado a su entorno, que la situación “mejorará” en los próximos años. Por ejemplo, cree –según cuentan a ECD fuentes próximas- que el problema de Kichi “terminará cuando se le dé el contrato a Cádiz”.

Pero, además, en Podemos se están diseñando una serie de gestos encaminados a recuperar el crédito entre los colectivos pacifistas. Un ejemplo es la ofensiva para intentar el cierre de Bardenas Reales, el polígono de tiro aéreo navarro clave para la OTAN. Una campaña conjunta de Podemos y Bildu.

También se quiere intensificar desde el grupo parlamentario la oposición a todas las medidas que vayan orientadas a aumentar el gasto público en materia de defensa, como es el caso del futuro pacto de Estado para la estabilidad presupuestaria en el gasto militar que propone el Partido Popular al PSOE y que los socialistas no descartan apoyar.

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