Javier Fumero

Te vas a quedar sin trabajo (y lo sabes)

Lo llaman la cuarta revolución industrial pero es un intento de ponerle un nombre. Lo que viene es más bien un movimiento de tipo tsunami: un fenómeno incontenible, demoledor, disruptivo. Nada va a seguir siendo como hasta ahora.

Robots, inteligencia artificial, drones, impresoras 3-D, nanotecnología… La sociedad va a cambiar en unos pocos años y lo hará de forma acelerada, quemando etapas a todo trapo. La transformación más sorprendente va a afectar a aquello a lo que le dedicamos más horas, más energía, y la mayor parte de nuestra cabeza y corazón: el trabajo.

Los expertos sugieren que la mayoría de los empleos tradicionales van a dejar de existir. Y los que no desaparezcan se transformarán. Vamos a sueldos bastante bajos. Algunos hablan de una nueva era del “precariado”: abundancia de mano de obra, pocos puestos de trabajo, menos estables y peor pagados.

El tema se abordó en el último Foro Económico Mundial de Davos y allí se facilitó una cifra: el fenómeno del que estamos hablando acabará con más de 5 millones de puestos de trabajos en los 15 países más industrializados del mundo.

¿Qué respuestas se están dando a este desafío? Algunos las han sintetizado en cuatro opciones:

-- Los tecnoconservadores apuestan por frenar esta nueva revolución industrial y proteger el estado actual de las cosas. ¿Cómo? Con una legislación más restrictiva, que ate en corto la irrupción de las nuevas tecnologías. Se sugiere, por ejemplo, crear impuestos para los robots: eso permitirá pagar las pensiones de quienes no estaremos trabajando tras haber sido sustituidos por las máquinas.

-- Los tecnolibertarios defienden lo contrario: hay que acelerar la implantación de este nuevo modelo industrial y facilitarlo todo lo posible. Se crearán disfunciones pero, como ha sucedido históricamente, las cosas se arreglarán por sí solas. Encontraremos nuevos modelos para nuestra supervivencia.

-- Los tecnoescépticos moderan las expectativas sobre los daños que traerá consigo el nuevo modelo productivo. Sostienen que los robots cambiarán el mercado laboral –es cierto- pero sólo suplantarán a las personas con trabajos menos cualificados: conductores, empleados manuales, vendedores, redactores, limpiadores… Además, con el cambio llegarán también nuevas oportunidades y empleo más creativos.

-- Los tecnoprogresistas hablan de dar un paso más y aprovechar las nuevas circunstancias. Esta cuarta revolución industrial puede convertirnos en personas más formadas, más longevas, de mente más amplia, mejor informadas, más conectadas, con más tiempo para lo importante: la familia, el descanso, el aprendizaje, el ocio, toda la vida humana, en definitiva. Son partidarios, eso sí, de establecer límites y restricciones: privacidad de los datos, garantizar ingresos para los que no se adapten tan fácilmente…

 

Sobre todo este asunto, tengo más preguntas que respuestas. Pero me parece un tema de gran trascendencia y sobre el que se está hablando poco.

Más en twitter: @javierfumero

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