Javier Fumero

El pobre legado que nos deja Manuela Carmena

La alcaldesa de Madrid acaba de confirmar a su equipo, a su entorno más cercano y de confianza, que no continuará al frente del Ayuntamiento de Madrid una vez termine su mandato. No se volverá a presentar. Cuando termine esta legislatura se va.

Esta noticia, confirmada por ECD hace unos días, me anima a preguntarme: al ritmo que vamos, ¿qué nos dejará Carmena?

Pienso que el primer legado que nos deja es la confirmación de una idea fuerza: ser un líder político no es algo tan sencillo como puede parecer a primera vista. No basta con un puñado de buenas intenciones y ganas de ayudar a la humanidad.

Carmena no parece mala persona, todo lo contrario. Creo sinceramente que intenta hacer las cosas bien. Le preocupan las personas que sufren, quiere estar cerca de los desfavorecidos, tiene un sincero compromiso social y apoya a los refugiados, convocó a los indigentes a una comida en Cibeles para celebrar la Navidad, escucha a las personas… Son gestos que le honran y dicen bastante de su forma de ver el mundo. Bravo.

Sin embargo, nada de esto puede esconder una gestión pobre, insuficiente y decepcionante. Hay bastantes cosas que no ha hecho bien. A mi se me ocurren tres:

1. Se ha rodeado de un equipo municipal que no está a la altura. No me refiero sólo a esas críticas por enchufismo, por colocar a familiar y amiguetes. Hablo de fundamentalmente de esos concejales y concejalas que han demostrado que no se saben la lección.

2. Se ha dejado llevar por el sectarismo. La primera Cabalgata de Reyes fue una burla, un esperpento innecesario y fuera de lugar, que ofendió a muchos ciudadanos. El proyecto para rebautizar 30 calles franquistas de la capital también fue de vergüenza: la comisión encargada de esos trabajos cometió errores históricos de bulto y vulneró la declaración de Bienes de Interés Cultural.

3. Ha promovido demasiadas ocurrencias: una recogida de colillas para niños, la apertura de churrerías en mercados de la capital, la venta de cantimploras metálicas para disfrutar del agua, las cooperativas de madres para limpiar colegio, apartar a Fitch y Standard & Poors como auditores de la deuda de la capital y encargar esta tarea a un desconocido equipo de la Complutense...

No es un buen balance.

 

Más en twitter: @javierfumero

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