Nervios por el giro de Inés Arrimadas

Inés Arrimadas se va a convertir en la portavoz nacional de Ciudadanos. Este movimiento supone toda una declaración de intenciones por parte de Albert Rivera. Es la confirmación de que el giro al centro de la formación en Cataluña ha venido para quedarse.

La intención de Rivera y los suyos es ganar votantes en el centro, cómo no. Recuperar para Ciudadanos a los desencantados electores de CiU que están hartos de la deriva independentista de los suyos.

Para eso, el líder del partido asciende a Inés Arrimadas a un puesto de mayor visibilidad en el nuevo comité ejecutivo, que someterá a la votación de los compromisarios dentro de quince días, en la asamblea general del partido naranja.

Esta decisión se produce precisamente cuando arrecian las críticas a Arrimadas. Este giro al centro ha sido bastante criticado. Unos lo califican de tibieza frente al independentismo. Otros hablan de traición a la defensa de la unidad de España. Hay quien asegura que supone poner una vela a Dios y otra, al diablo.

Los empresarios catalanes tampoco están muy contentos. Algunos recordarán las andanadas que le dirigieron tras una cena organizada por CECOT, la autoproclamada patronal independentista en Cataluña.

Para empezar no se entendió mucho la presencia de Arrimadas en aquel acto y mucho menos que le riera las gracias a un puñado de ejecutivos soberanistas cuando se burlaban de España relatando anécdotas de sus viajes por el extranjero:

-- “Siempre que coincido con catalanes están dejándose los cuernos mientras los españoles se quedan mirando”, contó uno de los presentes entre carcajadas… La futura portavoz de Ciudadanos secundó la broma con grandes risas.

Es lo que tiene transitar entre los extremos: es difícil contentarlos a todos. Tanto unos como otros consideran que no te mojas lo suficiente, que eres taimado, flojo y demasiado moderado.

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