José Apezarena

Un verso no tan suelto llamado Cristina Cifuentes

A Cristina Cifuentes le ha salido bien eso de ir por libre, de marchar a su aire, sin tener demasiado en cuenta condicionantes que a otros les pueden frenar en seco.

Ha dicho y dice cosas que no cuadran del todo con el perfil social, político e ideológico de su partido. Por ejemplo, se ha declarado republicana y pro abortista. Por ejemplo, ha puesto en marcha en la Comunidad de Madrid una más que discutible ley llamada de Protección Integral contra la LGTBifobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual, que, entre otras cosas, invade la libertad de los padres para educar a sus hijos.

Electoralmente, Cifuentes recibe, en principio, el voto cautivo de los partidarios del PP que no se atreven a apoyar a otros partidos, y además se lucra de los sectores de centro izquierda y hasta de izquierda moderada. Nada nuevo, por otro lado. Es lo mismo que practicó en su momento Alberto Ruiz Gallardón, que por eso ganaba en Madrid con mayorías absolutas.

Como le ha ido bien, la presidenta madrileña va a seguir por la misma senda, cultivando su imagen de out sider. Lo acaba de hacer de nuevo con la propuesta de que, de cara al congreso nacional del PP, los cargos del partido sean elegidos por votación directa de los militantes.

La iniciativa no tiene la menor posibilidad de salir adelante, porque no cuenta con el apoyo de la dirección, pero sobre todo de Mariano Rajoy. Y eso lo sabe bien Cristina Cifuentes. Alguien, por otro lado, que ha accedido a su actual posición gracias a la designación por la cúpula del partido y no por votación de las bases. Y que, además, se ha hartado de nombrar a dedo gestoras por las agrupaciones de Madrid, con lo que, entre otras ventajas, podrá controlar el voto de los compromisarios que salgan nominados para el congreso nacional del PP.

En Génova le disculpan casi todo. Primero, porque ha ganado y gobierna en la Comunidad. Segundo, porque las encuestas le siguen favoreciendo. Por eso, a propósito de su propuesta de primarias con votación de la militancia, le excusan diciendo que "no ha tenido más remedio" que lanzarlo porque había hecho tantas declaraciones en ese sentido que ahora ya no podía echarse atrás.

Cifuentes juega al desmarque, sí, pero también se guarda la ropa. Tensa las cuerdas, pero nunca rompe del todo. Ahora, una vez proclamada públicamente su opción para las primarias, no va a dar en serio la batalla en el congreso por imponer esa apuesta. Ya ha dicho lo que quería decir, se ha posicionado de cara a la opinión pública, y no piensa arriesgar más. Cree que tiene mucho futuro por delante (y lo tiene) y no está dispuesta a arriesgarlo.

Es un verso suelto, pero en realidad no tan suelto como para correr el riesgo de quedarse fuera del poema.

editor@elconfidencialdigital.com

 

En Twitter @JoseApezarena

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